Wall·E

Escuchando: Down to Earth (Peter Gabriel)

Con filmotecas, videoclubs y cines en casa, he perdido la costumbre de pagar una entrada normal (o sea, cara) en las salas comerciales al uso. Pero hay casos en los que la excepción es inevitable. Y la culpa la suele tener Pixar.

Ayer estuve viendo Wall·E, su última creación. Maravillosa, la recomiendo de manera enérgica. Técnicamente, el estudio de Disney vuelve a poner el listón donde la competencia llegará en unos años, si puede. Y en cuanto a su historia… eso es tema aparte.

Habitualmente las películas de Pixar son cintas enfocadas al público infantil que además gustan, y mucho, a los adultos. Siempre juegan con esa doble perspectiva del guión (igual que los otros estudios de animación, pero con mayor ingenio, salvo honrosos competidores como Shrek). Wall·E en cambio me ha dado la impresión de ser una película para adultos, con toques de humor para que la disfruten también los niños. Es indiscutible que el robot protagonista es totalmente abrazable, y a los críos les encantará. Pero la historia que cuenta la película va mucho más allá: bebe de los clásicos de la ciencia-ficción, parece escrita con guiños a Clarke y a Philip K. Dick (y eso son palabras mayores) y, sobre todo, plantea una demoledora crítica a nuestra cultura de desprecio al planeta y pérdida de valores.

Si a todo esto le sumamos los innumerables detalles frikis que aparecen en muchas escenas, y la sombra de Apple sobre toda la película (las voces de los robots han sido generadas con su software, el ruido que hace Wall·E al cargar sus baterías es el de arranque de los Mac, el robot Eva podría ser un diseño de Apple al 100%, aparece un iPod en funcionamiento 800 años después…) el resultado es un espectáculo que he disfrutado como un niño. No dejen de verla.

Seguiremos informando.

PD: No hay tomas falsas ni sorpresas tras los títulos de crédito, pero merece la pena quedarse a verlos. Historia del arte y pixel-art a partes iguales.