Ya sólo nos falta el bombero pirómano

Escuchando: Something’s wrong (K’s Choice)

Si seguimos con este ritmo, se nos agotará la capacidad de asombro y todo nos dará igual. Triste panorama. Es raro que Santander salte a la actualidad nacional, y cuando se da el caso suele deberse a alguna desgracia.

Hoy tenemos por aquí a la selección nacional (de fútbol) jugando contra Estados Unidos (de Norteamérica), y a la Patrulla Águila animando el cotarro (y gastando combustible en tiempos de crisis). Pero desafortunadamente, hemos proporcionado dos titulares más, noticias que dejan mal cuerpo y una sensación inequívoca de que algo va mal. Muy mal.

Un policía destinado a la unidad de atención a mujeres maltratadas (y presidente de la Asociación de Policía Local), condenado por agresión a su ex-pareja. Había oído rumores de esto (el culebrón judicial ha durado bastante tiempo), pero ahora hay sentencia firme, y todo el asunto ha salido a la luz. Espeluznante que energúmenos así vistan de uniforme y se paseen con un arma. Y peor aún: la sentencia le condena a 118 días de trabajos a la comunidad, y 90 euros. Uno va a terminar perdiendo toda esperanza en que la justicia haga honor a su nombre.

Más. Un médico residente de nuestro hospital apuñala gravemente a una compañera, que por suerte parece que se encuentra fuera de peligro. Actos incomprensibles. ¿Qué mierda tiene la gente en la cabeza?

Los policías atacan a quienes deberían defender, los médicos agreden a los que deberían sanar… Podrían parecer chistes, pero maldita la gracia. Algo se ha podrido en nuestra sociedad, nos guste o no reconocerlo.

Seguiremos informando.