Caja de galletas

Escuchando: Heart-shaped box (Nirvana)

El hombre silencioso despierta, mira a su alrededor, y se incorpora. Con el cuerpo entumecido y un dolor sordo aún palpitando bajo la superficie, comienza a andar, con la determinación de quien no sabe dónde ir, pero sí dónde no estar; con la calma de quien está acostumbrado a viajar sin nadie que lo despida, sin nadie que lo reciba.

Las fachadas, las calles, los cruces, parecen los mismos. Son los mismos, pero encuentra una diferencia: donde una vez giraba en línea recta, ahora descubre un atajo; en su ausencia, un nuevo camino de baldosas grises se abre en el camino tantas veces recorrido, tantas veces por recorrer.

Hace unos cálculos mentales rápidamente. Los pasos ahorrados le brindaban un segundo de tiempo ganado. Si recorriera su camino cuatro veces diarias, en dos semanas tendría un minuto ahorrado; dentro de un año, podría tener casi media hora por estrenar.

Decidió almacenarlo, decidió ahorrarlo; decidió guardar cada uno de esos segundos en una caja de galletas, como quien atesora sus viejas fotografías, sin orden, en desconcierto, pero a buen recaudo.

Con una ventaja. Quien quisiera compartir el tesoro de su caja de galletas, no se encontraría con recuerdos, idealizados, amarillentos del pasado; descubriría tiempo sin usar, fresco, preparado para escaparse de su jaula de cartón y colarse en su vida.

Mi cara que no soy yo

Escuchando: In your honor (Foo Fighters)

Desde aquel día.

Sobrevolando la ciudad descubrí movimiento, descubrí ruido, descubrí protestas; descifrar pancartas desde el aire, leyendo el lado equivocado, no es la mejor manera de averiguar sus reivindicaciones.

Como las pancartas, todos tenemos dos caras, y yo descubrí mi otra cara, la que no soy yo. Y fui incapaz de leerla.

Molesta por su tardío descubrimiento, mi otra cara decidió realizar una manifestación de una sola persona, de una sola cara, contra mí mismo, contra sí misma, por motivos que sólo yo conozco.

Sus protestas hicieron mella en mí, en la cara que soy yo. Y desde entonces convivimos, nos respetamos, y existimos en una tensa tregua.

Por las noches, muchas veces, en silencio, cuando aprovecho las últimas horas del día, si agudizo el oído, puedo escuchar el sonido de la respiración de mi otra cara mientras duerme.

Procuro no hacer ruido para no despertarla.

Otras veces es ella la que guarda vigilia, mientras yo duermo. Puedo sentirla en mis sueños, observándome desde el otro lado de mis párpados que también son los suyos.

Permanece seria cuando sonrío; ríe cuando intento parecer serio.

Desde aquel día intento acostumbrarme a mi cara que no soy yo.

Cuento sin principio #11

Escuchando: To this day (K’s Choice)

Al acercarse sentado en su sillita, parecía un niño como otro cualquiera; pero cuando me clavó su mirada azul con gesto adulto, comprendí que en realidad tenía mil años, y que sin hablar me preguntaba: ¿estás seguro de que realmente es una buena idea?

No supe qué responder, así que aparté la mirada y seguí mi camino.

Cuento sin principio #10

Escuchando: Colorblind (Chroma Key)

Lo supe en cuanto le vi aparecer. Había algo raro en él. Su piel tenía color piel. Su ropa era de tonos pálidos. Los dedos que llevaron temblorosamente un caramelo a la boca, amarillentos; sus zapatos alguna vez fueron marrones.

Y sin embargo, todo en él era gris. Como una silueta gris recortada en el azul celeste, contra la vida en color.

En un acto reflejo, aparté la vista de él. Nunca más lo volví a ver.

Cuento sin principio #9

Escuchando: Lost (The Cure)

Había salido a pasear para aclarar sus ideas, para difuminar sus problemas; pero lo había hecho mal: había caminado en línea recta, alejándose de lo conocido; y había pensado siguiendo círculos concéntricos, volviendo una y otra vez a ese punto donde terminan los recuerdos y comienzan los deseos.

Y lo único que había conseguido era estar perdido, a solas con sus fantasmas.

Cuando las ramas estropean las vistas

Escuchando: It’s all over but the crying (Garbage)

Siento ser un árbol; siento haber tenido ramas, hojas, y todas esas cosas que forman parte de nosotros; siento haberme interpuesto en tu visión del paisaje, y que ésta fuera la única solución razonable que encontraras. Nunca entendí tus razonamientos.

Total, ¿qué más da? Qué cojones, soy un árbol, soy parte del mobiliario. Voy a seguir estando ahí, madera en la que apoyarse, si se da el caso de perder de vista el equilibrio, madera en la que grabar a punta de inicial amores presentes, pretéritos perfectos, siempre ajenos.

Y si las ramas molestan, se quitan, que nadie se va a quejar. Yo no. No se me permite, desramado, desarmado. Además, lo sabes, sólo tienes que mirar hacia abajo para encontrarme de nuevo. Aquí sigo. Qué pasa, tronco.

Un día me voy a plantar. O a desplantar, mejor dicho. Tú no te darás cuenta, hasta que tropieces, busques mi corteza rugosa pero firme, no la encuentres y acabes estrellándote con gracia (siempre tuviste estilo) contra el suelo. No pasará nada, te levantarás, y buscarás otro árbol para la próxima ocasión. Será por árboles.

Ni te volverás a acordar de que una vez miraste a través de mis hojas, que incluso algún día te detuviste, de pasada, en ellas.

Yo seguiré intentando buscar el equilibrio entre ser absolutamente prescindible, y no del todo prescindible. Ardua tarea para alguien como yo.

Siento haber sido un árbol.

Cuento sin principio #8

Escuchando: Home (K’s Choice)

No era muy tarde, tampoco muy pronto. Tras malgastar diez minutos buscando el momento de levantarse, dijo que se iba. Sus amigos la avasallaron con una retahíla de noes, de es muy pronto aún, de todavía queda mucha noche, de ¿te vas a ir sola?, e incluso con algún tímido sin ti no va a ser lo mismo. Les medio convenció diciendo que le apetecía disfrutar de la noche dando un paseo, y su sonrisa fue su argumento inapelable. Se despidió de todos.

Salió del bar, llegó a la esquina, la dobló mientras sus dedos tanteaban su bolso en busca del teléfono. Marcó, esperó; contestó, escuchó su voz: aún en la calle, ya estaba en casa.

El tiempo

Escuchando: Weather with you (Crowded House)

– …y así finalizamos el bloque de información dedicado a los deportes. A continuación, les ofrecemos la previsión del tiempo. ¿Maripuri?

– Sí, buenas noches. Continúa el invierno. Mañana llegará la quinta ola de frío polar a la Peníns…

– Pfff, sí, claro, otra más…

– ¿¿¿??? Ejem. Sí, bien. Como les comentaba, quinta ola de frio que lleg….

– ¡A por la sexta! ¡A por la sexta! ¡Oeeee, oeeeee, oeeeeeeé…!

– (Unpocodeseriedadimbecilquetevoyapartirlaspiernas)…ejem, sí, perdonen. Les hablaba de la llegada de la ola…

– Venga, venga, todos, a hacer la ola… a la de una, a la dos, y a la de treeeeeees…..

– Sois unos putos payasos. Que os den por el culo. Así va a dar las noticias Rita la Cantaora. Yo paso…. Ah, y ustedes… abríguense, que va a seguir haciendo un frío de tres pares de cojones. Buenas noches.

Cuento sin principio #6

Escuchando: Mintaka (Madee)

La ambientación era perfecta. El olor, si es que los sueños lo tienen, era el que debería haber sido; al igual que el tacto, que el sabor, que la temperatura, que la luz. De haber ocurrido, habría sido exactamente así. Pero despertar siempre es caer. En la rutina, en la cuenta que nunca me sale: uno más cero nunca serán dos; se ponga uno como se ponga.

Invención, pero tan real, que lo archivo, lo guardo, lo escondo entre mis recuerdos. Para mirar hacia atrás, engañarme y pensar que alguna vez estabas ahí por la única razón que merece la pena: no tener niguna.

Para recordar.

Aunque sea mentira.