Al sol de CuVa

Escuchando: In the Sun (Joseph Arthur)

Hoy termina el festival CuVa. El balance está resultando más que satisfactorio. Mi exposición parece que está gustando; he salido en la prensa local, me han hecho tres entrevistas para la tele y las mini-tarjetas de recuerdo ya se han agotado. Los que quieran pasarse a ver las fotografías, todavía pueden: hoy de cuatro a ocho se podrá entrar sin necesidad de pagar la entrada del festival (y de paso, aprovechar para ver un documental sobre los Pixies, o asistir a una mesa redonda sobre «el precio de la música»; recomendable).

De los conciertos de estos dos últimos días me quedo con la simpatía de John Watts (él solo con su pequeña guitarra) y -en especial- con el directo de Joseph Arthur. Su música es una pequeña debilidad personal que llevó al escenario de forma ruidosa y muy personal.

A la salida de su actuación, además, nos esperaba una sorpresa: la banda al completo estaba en el puesto de merchandising firmando discos, entre ellos una grabación del concierto que acabábamos de difrutar. Un par de torres llenas de grabadoras se encargaban de ir suministrando discos a los compradores. Uno de ellos fui yo: volví a casa con el concierto grabado y (al igual que mi disco favorito, que también había llevado) firmado. Un bonito recuerdo.

Esta noche terminará con otra de mis bandas fetiche: Dirty Three. Todo un lujo, ahí es nada.

Seguiremos informando.

Ya estoy en CuVa

Escuchando: Hang around here (Joseph Arthur)

Ya está todo listo. Esta mañana hemos dejado la exposcición lista, gracias a la inestimable ayuda y amabilidad del personal del Palacio de Festivales. Con tantas facilidades todo es, incluso, más agradable.

Me gusta cómo ha quedado. Sin duda. Dentro de una hora, inauguración, comienzo del festival y grandes conciertos. Me voy a CuVa.

Seguiremos informando.

Alfonso XIV

Escuchando: Miss Carrusel (Nacho Vegas)

La verdad es que el nuevo alcalde de esta ciudad, en general, me cae bien; o al menos, mucho mejor que el anterior. No era muy difícil. El actual se está apuntando tantos importantes, como por ejemplo haber sido capaz de renovar la iluminación navideña de nuestras calles. Por lo poco que he visto hoy, que se ha procedido a su encendido, es todo mucho más sobrio, más sencillo, y -lo más importante- con menor consumo: adios bombillas, hola diodos. Adornan, pero iluminan sólo discretamente. Así no se gasta dinero de forma inútil, y cuando pasan las fiestas no parece que se quede la ciudad a oscuras por el cambio. Y en la plaza del Ayuntamiento, nada de muñecos de nieve diabólicos, ni gordinflones de rojo por duplicado. Un elegante árbol de Navidad. Bravo.

Por supuesto, este Ayuntamiento tiene, taambién, aspectos criticables. Hace unos días se ha inaugurado la remodelación de una plaza y de su parking subterráneo. El aparcamiento fue objetivo de un atentado en 2002, y después de una larga espera y de unas obras más largas aún, hemos podido observar el resultado.

¿Veredicto? Otra plaza llena de cemento, con algun toque de verde (poco), y con intentos de ser moderno en un entorno que no lo pide tanto. La nueva plaza de Alfonso XII me ha dejado bastante frío; quizás lo más sorprendente sean esas placas llenas de agua que han repartido por el suelo. No sé si cuando esté terminado del todo (el parking no se abre hasta dentro de un par días) tendrán algún chorro que avise de su presencia. De momento, lo único que he visto ha sido unos molestos recuadros de agua en el suelo, que no sólo no adornan, sino que roban sitio a la plaza. Se pueden sumar a los bancos de la Plaza de Velarde en la lista de decoración inútil de la ciudad.

Y ya para otro día dejo lo de la nueva ubicación del Museo de Prehistoria, en los bajos del Mercado del Este. Lo que hay que ver.

Seguiremos informando.

De bien nacido

Escuchando: Nice and sweet (The Gift)

Estos días he recibido unos cuantos regalos curiosos, así que aprovecho mi particular rincón para escribir unas líneas de agradecimiento.

En primer lugar, a mi hermana…. por traerme de tierras argentinas un volumen con tiras inéditas de Mafalda (comentado con los acontecimientos históricos correspondientes) y una matera que habrá que estrenar: la única vez que he tomado mate ha sido, también, la única que he ganado una partida de Intelect.

Fruto de otro regalo estoy leyendo estos días El Mundo, pero no el periódico, pardiez, sino la novela autobiográfica de Juan José Millás que se hizo recientemente con el Premio Planeta. Polémicas aparte, me sorprende cómo una novela así (con continuas referencias al propio autor y a sus obras desde sus primeras páginas) pudo presentarse bajo pseudónimo. Qué cosas. En cualquier caso, Millás sigue siendo Millás, y su mundo igual de fascinante. ¡Gracias, Eva!

Por último, ya tenemos calendario para 2008. Y es muy original. Se trata de un calendario… negro. Traído de tierras germanas, es un almanaque con sus páginas negras en blanco. Es decir: no tiene fotos, sólo los días impresos bajo una zona negra para que cada uno componga el mes como quiera: fotografías, mensajes, notas… va a ser divertido ir construyéndolo mes a mes. ¡Gracias, Gloria!

Huelga decir que si alguno de mis lectores quiere sumarse a la moda, incluso a la mediana o a la media, puede regalarme aquello que considere más oportuno. No seré yo quien le quite la idea de la cabeza.

Seguiremos informando.