Reflexión de luto

Escuchando: Rest In Peace (Stiltskin)

Ayer, cuando volvía a casa al mediodía, comentaba con un amigo que tenía ganas de que terminase de una vez el barullo de la campaña electoral. No podía imaginar que pocos minutos después, al encender el ordenador, me iba a enterar de que ya había finalizado, y de la peor manera posible. Triste desgracia es ésta que tenemos, una vez más, de ir a votar de luto.

Ninguna causa, por muy lícita que pudiere llegar a ser, puede pasar por encima del derecho a la vida. Los valientes del tiro por la espalda sobran en este país, sobran en esta sociedad, y espero que se pudran en la cárcel como los hijos de puta que son. Escoria.

Mañana es el día para -por favor- dejar a un lado discusiones absurdas, cifras, gráficos, debates, encuestas, reproches y mentiras. Un día para que, independientemente de nuestro ideario, nos acerquemos a votar. No hay abstención que valga: ante las pistolas, nuestra mejor arma debe ser una humilde papeleta. Así de sencillo.

Descanse en paz…

Astronomía con burbujas

Escuchando: Deborah Carne (White Rose Movement)

Estaba previsto que este fin de semana fuese ajetreado, y lo ha sido más aún.

El sábado por la mañana, primera visita a la playa de la temporada, con sesión de palas por el mismo precio. Después, cocido montañés cortesía de un amigo, una comilona agradable y distendida de la que me tuve que ausentar pronto porque el día continuaba con una boda. Ni formal ni informal; a medio camino, con más tendencia a lo primero.

Anduve con la cámara y no comí ni bebí en exceso; fotos, brindis, risas, amigos a los que hacía tiempo que no veía e hijos de mis amigos me tuvieron entretenido toda la noche.

El domingo, para terminar de rematar el fin de semana, otra comilona. Un homenaje por una causa inexcusable, en el que de once comensales, nueve fuimos carnívoros y dimos cuenta de diez kilos de carne en forma de chuletones a la piedra. Excelentes, todo hay que decirlo. Hubo hueco también para el postre, y lo acabamos regando abundantemente con orujo.

Una lástima que cuando uno se dispone a dejar pasar con calma y sin sobresaltos las horas restantes del domingo, una mala noticia trastoque todo, y el castigado estómago acabe, además, con un nudo.

Será cuestión de apurar el día para terminar de hacer la digestión, y descansar para coger con ganas la semana.

Seguiremos informando.