Cuento sin principio #3

Escuchando: Good Friday (CocoRosie)

Apurando el cigarro, con la nariz congelada por el frío, llegó hasta la puerta de la oficina de Correos; dejando caer a la vez la colilla y un suspiro, empujó la pesada puerta de cristal, y se dirigió al gris empleado tras el mostrador. A pesar de sus dificultades con el idioma, el resguardo, su dedo índice y una esforzada sonrisa lograron el milagro, y poco después ya se encontraba de vuelta, sujetando, acariciando con ambas manos el paquete anudado con cinta amarilla, intentando atravesar el cartón con la mirada, y poder así llegar hasta su contenido, lo único que aún la unía con todo lo que una vez conoció.

Intercambios

Escuchando: Heart of glass (Skye Sweetnam)

– Hola, me gusta mucho tu vida.

Uy, gracias…

– ¿Me regalas algunos de tus días?

Claro, claro…

– ¡Qué bien!

Pero… ¿qué me vas a dar a cambio?

– ¡Ups!

12 luces

Escuchando: Take me out (Franz Ferdinanz)

Hoy ha acabado siendo una tarde tonta. Un cambio de cerradura por sorpresa y un edificio vacío ha terminado dando como reultado una tarde libre, que he aprovechado para acercarme a ver una exposición de fotografía…

12 luces. Así es como se llama. Se trata de 12 imágenes de la tierruca que otros tantos fotoperiodistas de nuestra región han captado para la edición de un calendario. Eso ya, de por sí, hace la propuesta suficientemente atractiva. Pero casi mejor que las fotografías es el entorno de la exposición: la sala de maquinaria del dique de Gamazo, un edificio (el de la fotografía de arriba) en el que nunca habiá estado, llevaba cerrado bastante tiempo; todo ladrillo y maquinaria, con las imágenes colocadas en soportes luminosos, colgadas del techo, o escondidas en rincones del recinto. Todo ello con una iluminación azul que le da un toque muy especial, y acompañado de buena música de ambiente. ¿El resultado? Sencillo, espectacular.

Encima es gratis. Y además me han regalado un calendario y un póster con las fotografías de la exposición. ¿Qué más se puede pedir? Bueno, algo sí: que abran más. Porque en teoría esta exposición está abierta hasta el día 7. Pero han cerrado el 1 y el 2; y cerrarán el 5 y el 6. Así que si no os lo queréis perder (merece la pena la visita, y se ve en muy poco tiempo) no os lo penséis e id mañana o el viernes…

Después de disfrutar con la pericia ajena, aproveché el paseo para jugar con la impericia propia, y he estado tirando algunas fotos por la noche, a pulso, más experimentos que otra cosa. Alguno ha quedado resultón, igual luego pongo algo por aquí…
Precio de la exposición: 0 €. Calendario y póster: 0 €. Sacar fotos con una cámara digital: 0 €. Comprobar que empiezo a coger el truquillo a mi cámara: no tiene precio 🙂

Seguiremos informando.

PD: Grabar mis fotos en cd, sí tiene precio. Y desde el día 1 de enero, el canon de la SGAE sobre los discos vírgenes ha subido aproximadamente un 30%. No voy a hacer más comentarios.

Atrapado entre lo que deseo y lo que necesito

Escuchando: In the Sun (Josepth Arthur)

El sábado tocan REM en Madrid. Un concierto que seguro que estará bien; hace ya tiempo que unos amigos me dijeron que iban a ir, que si me apuntaba… a mí me dio pereza hacer planes con tantos meses de antelación, y lo dejé para más adelante…

Pocos días después se agotaban las entradas. Hace no mucho, otro amigo me ofrecía un par de tickets de reventa, pero con las navidades encima, me parecía demasiado gasto pagar las entradas más caras aún de lo que son, más el viaje a Madrid, más buscarme alojamiento (aunque eso al final habría sido lo de menos…)

En fin, que al final no voy a ver a REM. Y aunque me daba rabia, podía vivir con ello.

Hasta ahora. Hoy, ojeando la nueva rockdelux, he descubierto quién es el telonero del concierto. Joseph Arthur. Y me han dado ganas de jurar en idiomas que desconozco.

Joseph Arthur. Hace un año ahora que lo descubrí gracias a un anuncio de televisión, y me caí irremediablemente en su discografía. In the Sun es posiblemente la canción que más he escuchado este año; y el disco suyo que me compré en Toulouse lo guardo como oro en joyería (que siempré será mejor que un simple paño, digo yo)

Y voy yo, y me lo pierdo. Mierda. Esto se avisa antes.

Seguiremos informando.

PD: Este año lo comienzo obsesionándome también con una canción. De otro disco de esos que, si la calidad fuese tamaño, sería de grande como las naves de Independence Day. El disco homónimo de Tom McRae es un must-have, como dirían por allá. Soy el chico de la pistola de burbujas… ¡gracias por descubrírmelo!

Propósitos y despropósitos

Escuchando: Did you comb? (Tortoise & The Ex)

Si uno se lo pone a pensar, la gente que nos encontramos estos días por la calle es mejor que nunca. Entre los buenos propósitos del año que comienza, y el pelotilleo monárquico, mágico, oriental, la gente da la mejor de sí misma estos primeros días… Todos son más ordenados, han dejado de fumar, han comenzado la dieta, visitan el gimnasio, son más pacientes, estudian con regularidad, trabajan con mas ahínco…

No durará mucho. Esa es la realidad, en la mayoría de los casos. El año podría tener 365 treses de enero, y todos seríamos mejores…

O mejor pensado: lo que deberíamos hacer es dejarnos de buenos propósitos, de cambios radicales, de aparencias, y ser, igual no tan buenos, quizás no tan malos, pero más nosotros, todo el año…

Digo yo…

365 días nuevos a estrenar

Escuchando: As I am – Live (Dream Theater)

Uvas, cuartos, campanadas, besos; petardos, serpentinas, ruido; coches, autobuses, taxis; corbatas, minifaldas, escotes; copas, bebida, brindis; risas, conversaciones, música. Ya saben ustedes: lo que viene siendo Nochevieja, un año más.

Yo al final salí; la lluvia que amenizó la cena y las uvas no animaba mucho, pero al final, paraguas en mano, salí a tomar algo. Y no falla, mi paraguas es infalible para no mojarse: es sacarlo a la calle y dejar de llover. Murphy dixit.

Ha sido mi Nochevieja más tranquila, con diferencia. Me tomé una copa, por la cosa de brindar, y poco más. Pero me lo pasé muy bien, nos juntamos los de siempre, incluyendo algunos a los que cuesta ver, menos algún otro que había decidido cambiar de aires (¡Happy New Year!). Conversaciones de esas de madrugada, bromas, apagones, encuentros con mucha gente (esto es Santander, somos cuatro gatos…) Yo era fácilmente reconocible, era el único del grupo que no llevaba traje, que no llevaba corbata, que iba cómo si fuese una noche más, salvo algún ligero cambio de look, igual que el año pasado…

A las seis de la mañana, cuando estábamos en el bar de siempre, y la gente empezaba a dejarse caer por los asientos del rincón de siempre, decidí que era hora de irse dando un paseo a casa, sorteando serpentinas, bamboleantes transeúntes y alguna que otra disputa en las calles de siempre…

Llegué a tiempo de descansar, dormir, levantarme sin resaca para disfrutar de los platos de mi mamá, jugar con mi sobrino, y disfrutar tranquilamente de este primer día del año.

Espero que casera, festiva, ebria, sobria, tranquila, desenfrenada, tradicional u original, su primera noche del año haya sido un buen comienzo.

Seguiremos informando.

PD: Lo único malo de la noche: el haber llegado a casa con esas palabras en la cabeza; de tanto oírlas, se acaban quedando grabadas, como la cinta de ampliación de vocabulario de Homer. Si alguien me pregunta por una frase que resuma la noche de ayer, saltaré como un resorte: antes muerta que sencilla. Horreur. Menos mal que tuvimos el contrapunto en la sobredosis de Amaral en el primer bar, en la canción de los Fraguel, y en un inesperado Highway to Hell. Menos mal.